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Palabra
trompa [tube]
1. f. (Anat.). Estructura anatómica en forma de tubo o conducto con un extremo ensanchado a modo de embudo.
2. f. (Anat.). Trompa de Falopio: Cada uno de los dos conductos musculares que conectan los ovarios con el útero. Wikipedia.
3. f. (Anat.). Trompa de Eustaquio: Estructura anatómica, en forma de tubo, habitualmente cerrado, que se extiende desde la caja del tímpano hasta la región nasofaríngea. Wikipedia.

[trompe fr. 'trompeta']
Leng. base: fr. Medieval. El uso metafórico en anatomía está documentado en fr. en 1684 para la 'trompa de Falopio' (anatomista it. 1523-1562) y en 1765 para la 'trompa de Eustaquio' (anatomista it. † 1574). Antes se había usado en lat. cient. pero con el término tuba (en ingl. tube).
Imágenes
Trompa
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Trompa
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Comentario

Primero el concepto, después su nombre

Advertimos de entrada que pocas novedades vamos a aportar en nuestro comentario a lo que ya dijo el maestro Joseph Hyrtl, allá por el año 1880 en su Onomatologia anatomica; sirva este comentario de homenaje a su figura y su obra.

La primera pregunta que se hace Hyrtl, según un principio metodológico que siguen muchos de los comentarios de Dicciomed, es la siguiente, ¿conocían los médicos griegos estas estructuras anatómicas? Pues bien, como señala Hyrtl, Aristóteles habla de la trompa de Eustaquio en su Historia animalium, 492a, cuando dice que existe un conducto entre el oído interno y el paladar; ahora bien, lo llama póros πόρος. Es bastante extraño que esta noticia de Aristóteles tuviera poco eco, porque, según nuestros datos, sólo la cita el médico Melecio (se le sitúa entre los ss. VII y IX d.C.). Para el caso de las trompas de Falopio, Hyrtl no se molesta en hacer su historia en la medicina griega, pero creemos que sí las mencionan Sorano y Galeno en sus tratados, bajo la denominación genérica de angeîa 'conductos' (búsquedas cruzadas en TLG de angeîon y hystéra / mḗtra). Hay que esperar al Renacimiento para que dos anatomistas italianos, Bartolomeo Eustachio (1510-1574) y Gabriele Falloppio (1523-1562), críticos con las enseñanzas de Galeno, hicieran una descripción detallada de estas estructuras anatómicas que llevan hoy su nombre. Aunque ni uno ni otro designaran estos conductos con el término latino tuba, cuya traducción en lenguas romances dio lugar a trompa, trompe (fr.), tromba (it.), aprovechando un lexema germánico que se extendió en la baja Edad Media por las lenguas romances a través del francés, Falopio favoreció que se designaran así con posterioridad, en cuanto que empleó la palabra tuba en su descripción, al afirmar, como nos informa Marcovecchio (otro de los héroes de Dicciomed), que las trompas de Falopio terminaban en una forma que se asemejaba a una trompeta, tuba aena en lat., (Observationes anatomicae, Venecia 1561) y no mentía, como se puede apreciar en esta imagen. Eustaquio, por su parte, usaba como denominación de la comunicación entre el oído y la nasofaringe la palabra aquaeductus.

Mientras que la palabra tubus (masculino), 'tubo', se utilizaba ya desde antes como término anatómico, ahora la novedad está en usar el femenino tuba que era la palabra latina para 'trompeta'. La primera documentación que hemos encontrado de tuba fallopiana es de 1673. El término latino tuba se tradujo al francés con trompe y documentamos trompe de Fallope en 1689 (en inglés Fallopian tube en 1696). La documentación para la trompa de Eustaquio es más tardía (1755 en inglés y 1765 en francés; 1869 en esp. en el diccionario académico).

Existe acuerdo entre los anatomistas sobre que tanto Eustaquio como Falopio se merecen haber pasado a la posteridad por sus trabajos anatómicos en una época marcada por la figura de Vesalio, es decir, cuando la ciencia estaba dejando atrás la sombra excesivamente alargada de la medicina griega, estupenda en el momento en que surgió y desarrolló, pero una carga muy pesada cuando se seguía leyendo quince siglos después sin introducir ningún cambio y sin someterla a crítica. Pero puesto que en este comentario estamos citando grandes maestros de la terminología médica, recomendamos, para la valoración de Vesalio y la anatomía de su tiempo, la lectura del libro de Barcia Goyanes, El mito de Vesalio, Valencia 1994; Barcia Goyanes es continuador de la obra de Hyrtl en su monumental Onomatologia anatomica nova, Valencia 1978.

Las referencias bibliogáficas que se han citado abreviadamente pueden encontrarse aquí.

Francisco Cortés. Enero 2009.

ISBN: 8478005722