Ir al contenidoIr al buscador
Logo de Ediciones Universidad de Salamanca Logo de la Universidad de Salamanca Logo del Centenario de la Universidad de Salamanca Logo de la Fundación General de la Universidad de Salamanca
Palabra
tabaco [tobacco]
1. m. (Bot.). Planta de la familia de las Solanáceas, originaria de América, de raíz fibrosa, tallo de cinco a doce decímetros de altura, velloso y con médula blanca, hojas alternas, grandes, lanceoladas y glutinosas, flores en racimo, con el cáliz tubular y la corola de color rojo purpúreo o amarillo pálido, y fruto en cápsula cónica con muchas semillas menudas. Toda la planta tiene olor fuerte y es narcótica por la presencia del alcaloide nicotina. Wikipedia.
2. m. (General). Hoja de esta planta, curada y preparada para fumarla.

[tabaco caribe 'tabaco']
Leng. base: caribe. Neol. o docum. en s. XVI. Existe una etimología doble; según Gonzalo Fernández de Oviedo en un texto publicado en 1535 (I vol.) y 1557 (II vol.) en haitiano era el nombre de la planta, de los rollos que se fumaban de ella y de una pipa para fumarlo; según otros procede de ár. tubbāk nombre de plantas medicinales que embotaban, se aplicaría para la del tabaco por producir un efecto similar (así razona Corominas); en cualquier caso el nombre se extendió a otras lenguas europeas a partir del español.
Imagen
1
Procedencia de la imagen:
1) http://es.wikipedia.org/wiki/Tabaco

Comentario

Primeras noticias del tabaco

Transcribimos el comentario sobre esta palabra publicado por Fernando Navarro en Panace@ (2000) 1.

"Desconocido en el Viejo Mundo, la primera noticia que tenemos del tabaco data de la anotación correspondiente al 6 de noviembre de 1492 en el diario del primer viaje colombino a las Indias. Es bien sabido que el auténtico diario de a bordo de Cristóbal Colón se ha perdido, pero nos ha llegado una copia resumida que elaboró Bartolomé de las Casas, donde podemos leer:

«Hallaron los dos cristianos por el camino mucha gente que atravesaba a sus pueblos, mujeres y hombres, con un tizón en la mano, yerbas para tomar sus sahumerios que acostumbraban.»

En los diarios colombinos, sin embargo, no aparece ni una sola vez la palabra “tabaco”, lo cual no quiere decir que Colón la hubiera desconocido. De hecho, cuando el propio Bartolomé de las Casas comenta el pasaje anterior en su monumental Historia de las Indias, añade:

«[...] que son unas yerbas secas metidas en una cierta hoja, seca también, a manera de mosquete hecho de papel, de los que hacen los muchachos la Pascua del Espíritu Santo, y encendido por una parte dél, por la otra chupan o sorben o reciben con el resuello para dentro aquel humo; con el cual se adormecen las carnes y cuasi emborracha, y así diz que no sienten el cansancio. Estos mosquetes, o como les nombraremos, llaman ellos tabacos

Sea como fuere, lo cierto es que el texto más antiguo donde he visto escrita la palabra “tabaco” corresponde a la Historia general y natural de las Indias (1535) de Gonzalo Fernández de Oviedo, donde describe con detalle la planta del tabaco en el capítulo De los tabacos o ahumadas que los indios acostumbran en esta isla Española."

Para corroborar lo que nos cuenta Fernando Navarro añadimos los propios textos de Gonzalo Fernández de Oviedo en los que se comprueba que el término se usa tanto para el objeto que se fuma (hojas arrolladas), como la propia planta de la que se fabricaban esos rollos, como la pipa que se usaba para fumarlos. Así vemos en el primer significado, aquello que se fuma el siguiente texto:

«E así como comenzaron a beber, trujo el mesmo cacique un manojo de tabacos, que son del tamaño de un jeme [distancia entre el extremo del pulgar y el índice cuando se separan todo lo posible] e delgados como un dedo, e son de una cierta hoja arrollada e atada con dos o tres hilos de cabuya delgados; la cual hoja e planta della ellos crían con mucha diligencia para el efecto destos tabacos, y encendíanlas por el un cabo poca cosa, y entre sí se va quemando (como un pibete) hasta que se acaba de quemar, en lo cual tura un día. E de cuando en cuando metíanla en la boca, por la parte contraria de donde arde, e chupan para dentro un poco espacio aquel humo, e quítanla, e tienen la boca cerrada, e retienen el resollo un poco, e después alientan e sáleles aquel humo por la boca e las narices. E cada uno de los indios que he dicho, tenía una destas hojas rebollada, a la cual ellos llaman yapoquete, y en lengua desta isla de Haití o Española se dice tabaco

Para la acepción referida a la planta con la que se fabrican esos tabacos presentamos el siguiente:

«Hay en la tierra una hierba que llaman tabaco, la cual es a manera de planta, y tan alta como hasta los pechos de un hombre el tallo, e más e menos crescido, que echa unas hojas tan luengas como un palmo y anchas como cuatro dedos, y de talle de un hierro de lanza, y son bellosas. Y siembran esta hierba, y de la simiente que hace, la guardan para lo tornar a sembrar otro año, y cúranla con diligencia para el efeto que agora diré. Cuando la cogen, hacen manojos las hojas, y sécanlas colgadas al humo en manojos, y después las guardan, y es rescate muy estimado entre los indios. Y en esta nuestra isla Española hay mucha en los heredamientos; y los negros de que nos servimos, la prescian mucho para este efeto, que es echarse ahumadas con esta hierba hasta que caen como muertos; Y así están la mayor parte de la noche, y con aquello dicen que no sienten el trabajo del día pasado.» Lo podemos ver en este enlace de una edición del libro de Fernández de Oviedo de 1859.

Para la tercera, la del nombre de la pipa que se usa para fumar:

«Y quemaban las hojas de aquella hierba arrebujadas o envueltas de la manera que los pajes cortesanos suelen echar sus ahumadas; e tomaban el aliento e humo para sí, una e dos e tres e más veces, cuanto lo podían porfiar, hasta que quedaban sin sentido grande espacio, tendidos en tierra, beodos, o adormidos de un grave e muy pesado sueño. Los indios que no alcanzaban aquellos palillos, tomaban aquel humo con unos cálamos o cañuelas de carrizos, e a aquel tal instrumento con que toman el humo, o a las cañuelas que es dicho, llaman los indios tabaco, e no a la hierba o sueño que les toma (como pensaban algunos).» p. 117 de la edición de Juan Pérez de Tudela Bueso, Atlas (Madrid), 1992.

Estos textos son perfectamente compatibles con la postura de Corominas y otros romanistas que consideran que en realidad la palabra tabaco procede del árabe y no del haitiano o alguna otra lengua caribeña. Según ellos, los españoles habrían designado como tabaco lo que fumaban los caribes por analogía con los sahumerios que se hacían con otras plantas europeas, dándoles una denominación que puede documentarse en ese uso antes de la llegada de los europeos a América, y después Bartolomé de las Casas o Fernández de Oviedo habrían atribuido la denominación a lenguas caribes. Es un proceso que se puede documentar en otros casos parecidos, en absoluto imposible. Queda en pie, por tanto, la duda sobre el origen del término.

Fernando Navarro (y marginalmente Francisco Cortés). Junio de 2009.

Introducción al lenguaje científico:
Neol. o docum. en s. XVI
Esta palabra también aparece en las siguientes entradas:
EPOC; nicotina; tabaquismo
ISBN: 8478005722