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Palabra
legra [curette]
m. (Cirugía). Instrumento empleado en cirugía raspar superficies óseas o mucosas. Wikipedia.

[ligula(m) lat. 'cuchara']
Leng. base: lat. Antigua en lat. Docum. en latín clásico con diversos significados. En esp. desde el siglo XIII, para designar el instrumento con que los veterinarios raían los cascos de las caballerías. Desde el siglo XVI como instrumento quirúrgico.
Imagen
Procedencia de la imagen:
http://en.wikipedia.org/wiki/Curette

Comentario

Se lame con la lengua

Legra es voz patrimonial derivada del lat. ligula(m) 'cuchara' y documentada ya en el anónimo Libro de los caballos del siglo XIII, donde designa cierto utensilio con que los veterinarios raían y limpiaban las pezuñas de las caballerías. El verbo latino análogo es lingere 'lamer', con el típico infijo nasal –n- que presentan muchos verbos en el tema de presente.

Tanto ligula como lingere remontan a una raíz indoeuropea *leigh-, 'lamer', bastante productiva en las lenguas germánicas (inglés lick, alemán lecken) pero no tan común en nuestro idioma, donde, sin embargo, ha dado lugar a la creación metafórica de palabras cuya explicación resulta sumamente interesante. Así, por ejemplo, liquen, derivado del gr. leíkhō λείχω 'chupar', por tratarse de un organismo que "chupa" la superficie sobre la que se asienta; o también legón (del lat. ligo, ligōnis), un tipo de azada que escarda la tierra de manera similar a como las cucharas espuman el caldo o la legra raspa cualquier superficie.

A propósito de ligula, ya en época clásica se creó una falsa dependencia etimológica entre la acción de lamer (lingere) y el músculo con que se lame, la lengua (lingua). Como puede verse fácilmente, son dos términos afines en cuanto al sentido y muy similares fonéticamente, pues es cosa clara que se lame con la lengua, o, como se diría en latín clásico, linguā lingimus. Sin embargo, esa estrecha relación no obedece a ningún parentesco etimológico, ya que es incuestionable que lingere y ligula derivan de *leigh-, en tanto que lingua procede de un anterior *dingua, como señala el gramático latino Mario Victorino y puede verse en la evolución desde el indoeuropeo *dnghu- 'lengua' al inglés tongue o al alemán Zunge. La confusión entre d y l es común en latín, como puede verse en lacryma a partir de dacryma, calamitas en lugar de cadamitas, Ὀδυσσεύς Odysseús frente a Ulysses, cicāda y cicala, de donde esp. cigala, cigarra, chicharra, etc. Para el caso concreto de lingua, dicho cambio seguramente obedece a un uso dialectal avivado por la susodicha etimología popular que ligaba el nombre de la lengua a la acción de lamer. Dicho esto, habría que replantearse la verdadera etimología de términos latinos vulgares y tardíos como cunnilingus (compuesto de cunnus 'vulva') o menclilingia (compuesto de mentula 'pene'), que tendríamos que asociar a lingere y no a lingua, por más que aquella acción se realice con este apéndice.

Por lo demás, la (ana)lógica correspondencia entre lingere 'lamer' y lingua 'lengua' ya enredó a los propios romanos, que a la hora de referirse a la cuchara no tenían muy claro si había que decir ligula o lingula. Marcial (Epigr. 14.120) alimenta esta confusión, cuando señala que ligula es el término que emplea la elite social, mientras que los gramáticos más ignorantes dicen lingula, y lo mismo se deduce de algunos diccionarios en que, para nuestro asombro, puede leerse que ligula es diminutivo de lingua. El uso indistinto en latín de ligula y lingula dio lugar a varias transferencias metafóricas de significado, acepciones que, en algunos casos, aún perviven en español: 'lengüeta' (como parte del zapato, embocadura de una flauta o fiel de la balanza), 'lengua de tierra', 'espada corta', etc.

En cualquier caso, el paso de ligula a nuestro legra está plenamente aceptado, por más que Covarrubias no alcance a adivinar su etimología:

«Legrar el casco, es término de Cirugía, vale tanto como descubrirle y raerlo, para ver si está rompido o cascado. Dixose assi de un instrumento con que se haze la tal cura que se llama legra, cuya etimología yo no alcanço».

Posteriormente, a partir del siglo XVI, el uso de la legra se extendió a otras operaciones quirúrgicas, entre ellas la trepanación. En nuestros días, el término legrado ha acabado imponiéndose como denominación médica específica de lo que en tiempos pasados se denominaba raspado uterino y triunfa incluso sobre el préstamo francés curettage (esp. curetaje).

No queda ahí la cosa. Paralelamente al uso quirúrgico de legra, de la mano de Fernando de Herrera se introdujo en español el cultismo lígula con el significado de 'epiglotis' (de nuevo asoma aquí la lengua y sus "adyacentes"), una acepción que aún hoy aparece en el Diccionario de la Real Academia. A juzgar por la definición que ofrece el humanista sevillano, la conexión entre la cuchara y las lenguas, lengüecillas y lengüetas seguía estando clara:

«Y dice Galeno en el 2 De locis affectis, que la lígula, que está dentro de la laringe, es principal instrumento de la voz, porque llevada y traída de los músculos, conforma la voz. La lígula es aquella lengüecilla o lengüeta que impide la respiración» (Anotaciones a la poesía de Garcilaso, Sevilla, 1580, p. 384).

Por su parecido a una cucharilla (o a una lengua), el cultismo lígula pasó de designar la epiglotis al lenguaje de la botánica, donde se emplea para dar nombre a cierta parte de las hojas de las gramíneas o de algunas flores.

Joaquín Villalba. Universidad de Extremadura.

Introducción al lenguaje científico:
Antigua
Esta palabra también aparece en las siguientes entradas:
legrado; lígula
ISBN: 8478005722