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Palabra
humor [humor]
1. m. (Fisiol.). En medicina antigua y medieval, líquido orgánico. Ha quedado fosilizado en algunas expresiones, como humor vítreo, humor acuoso.
2. m. (Psiquiatría/Psicol.). Estado afectivo que se mantiene por algún tiempo.

[ūmōr(em) lat. 'líquido orgánico']
Leng. base: lat. Antigua, significado antiguo y nuevo. En lat. clás. es 'líquido', 'fluido'; su uso en fisiología viene dado en gran medida por usarse para traducir gr. khymós χυμός con el que guarda un parecido casual. La 2ª acep. se explica por la teoría humoral del carácter y es medieval. Las dos acep. docum. en esp. en 1250.

Comentario

Traducción y parecido fonético

Si uno acude a un diccionario de latín, aunque sea bueno como el Oxford Latin Dictionary, Oxford 1968, y busca la palabra ūmor descubre que el significado principal es el de ‘líquido’, sólo de pasada mencionan que se usa para ‘líquido corporal’ y citan ejemplos en los que se alude a las lágrimas, a la orina, etc. Sin embargo ignoran un hecho fundamental para comprender su significado, fue el término latino utilizado para traducir el griego khymós χῡμός y se cargó de los significados que ese término tenía en griego. Si no se sabe esto, no se puede llegar a comprender por qué en español humor significa, entre otras cosas, según el Diccionario de la Real Academia Española, 2001, ‘estado afectivo que se mantiene por algún tiempo’.

(Pulse en la imagen para ampliarla).Wikipedia, s.v. Cuatro humoresWikipedia, s.v. Cuatro humores

Pues bien, vamos a intentar explicarlo. Si se lee a Hipócrates y Su naturaleza del hombre descubrimos que establece un vínculo entre los famosos cuatro elementos que, según los antiguos, entraban en la composición de todo lo que existe en la naturaleza, a saber, tierra, aire, agua y fuego, y los cuatro humores (khymoí χῡμοί) o líquidos corporales, que son la sangre (en cuya composición intervienen los cuatro elementos pero domina el aire), la flema o pituita (en cuya composición intervienen los cuatro elementos pero domina el agua), la bilis amarilla (en cuya composición intervienen los cuatro elementos pero domina el fuego) y la bilis negra (en cuya composición intervienen los cuatro elementos pero domina la tierra). Véase a este respecto el artículo "cuatro humores" de Wikipedia o búsquese en Dicciomed el concepto “fisiología antigua, humores”. Lo central de la teoría no es tanto esta relación concreta entre ciertos humores corporales y los cuatro elementos sino el hecho de que en el cuerpo humano, como en la naturaleza, haya cuatro elementos fundamentales, a saber, los cuatro humores mencionados. A partir de aquí se explica la enfermedad y el carácter de las personas por el equilibrio entre estos cuatro humores. Centrándonos en el carácter, que es lo que ahora nos interesa, la persona que tenga en su equilibrio constitucional un predominio de sangre, tendrá un carácter sanguíneo; la que tenga un predominio de flema o pituita será flemática; en la que domine la bilis o cólera será colérica; y en la que la bilis negra sea preponderante será melancólica. Esta teoría fue asumida por Galeno y se mantuvo tal cual hasta hace sólo un par de siglos. No es de extrañar que perviva en el lenguaje y sea necesaria para entender muchas palabras, como humor, temperamento, temperatura, discrasia, eucrático. Por eso en latín medieval hūmōr(em) significaba ‘estado afectivo’.

Aclarado el significado, nos queda una cuestión fonética. En latín, de acuerdo con la etimología, debería escribirse umor y no humor, sin embargo en nuestros textos aparecen ambas grafías, repartidas al 50 %, que en latín suponían pronunciaciones distintas puesto que la h- indicaba aspiración inicial. Para explicar este fenómeno Ernout-Meillet, biblio, proponen que esa h- inicial es analógica a la de humus ‘tierra’. Pensamos que no es descabellado suponer, aunque es una propuesta personal nuestra, que con la aspiración inicial se buscase reforzar el parecido con gr. khymós, que también tenía una aspiración. El parecido de las palabras era un criterio para traducir un término griego al latín; muchas veces acertaban, desde el punto de vista etimológico, pero otras veces no. Así ūmor y khymós χῡμός no tienen nada que ver uno con otro para un lingüista moderno en cuanto a su origen, pero ellos no lo sabían y establecieron la relación por el parecido. Un término que en latín sólo significaba ‘líquido’ se cargó por el parecido con una palabra griega de los significados ‘jugo vegetal’ y ‘humor o líquido fisiológico’.

Francisco Cortés. Noviembre 2007.

ISBN: 8478005722