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Palabra
climaterio [climacteric]
m. (Fisiol.). Período de la vida que precede y sigue a la extinción de la función genital. Período crítico, decisivo.

[klīmak- κλῖμαξ gr. 'escalera' + -tēr/-tōr/-tr(o)- gr. 'que hace', 'instrumento' + -iu(m) lat.]
Leng. base: gr. (sufijo lat.). Antigua. En gr. klīmaktḗr κλιμακτήρ es 'barrote de escalera' pero también 'punto crítico de la vida'; pasó a lat. clīmactēr en el último sentido a partir del cual se reintrodujo en el renacimiento, en esp. el adj. climatérico en 1528; primero aplicado al año 63 de la vida (por dividirse la vida en períodos de 7 años) y después, documentado a partir de 1742, en medicina al período entre 45 a 60 años en los que se producen cambios hormonales. El sust. procedería de al. Climacterium, docum. en 1858, aunque se usaba desde el s. XVI climaterio, -ria como adj.

Comentario

7 x 7= 49. De los barrotes de una escalera a la menopausia

Nuestra palabra de la semana va a estar hoy dedicada a la principal fuente de información de Dicciomed. Tenemos un motivo para ello y es que ha estrenado una nueva página web, una nueva presentación que hace todavía más atractiva la forma en que sirve la información ingente que atesora. Nos estamos refiriendo al Oxford English Dictionary, sobre cuya fascinante historia recomendamos la lectura del artículo de Wikipedia a él dedicado.

El término que nos ocupa ha sufrido una curiosa evolución que ha hecho que vaya cambiando su significado. Empecemos por el principio. En griego klimaktḗr κλιμακτήρ significa ‘barrote de una escalera de mano’ porque está formado por klîmax κλῖμαξ ‘escalera de mano’ + -tēr ‘instrumento’, aquí en el sentido de 'elemento instrumental', 'componente'. Como se ve estamos todavía muy lejos del valor actual.

Para llegar a él tenemos que cambiar de registro y hablar de astrología. Como es bien sabido en ese contexto el número siete es muy significativo. Imaginemos ahora que la vida es una escala de mano que uno va subiendo y que cada escalón son siete años. El resultado es que los años múltiplos de siete tienen un significado especial, sobre todo, los que se corresponden a la madurez, es decir cuando uno cumple 35, 42, 49, 56, 63 años (1). Son años “climactéricos” en terminología astrológica griega, son años críticos de la existencia. De todo esto nos informan con más detalle autores griegos, a pesar de su nombre latino, como Vettius Valens (s. II d.C., 120-175), Claudio Ptolomeo (s. II d.C., geógrafo y astrólogo) y Hefestión de Tebas (ss. IV-V d.C.), autores que sirven de fuente para conocer la llamada astrología helenística. En Roma Aulo Gelio, s. II d.C., (3.10.9) y Plinio, s. I a.C., (7.49.50) ofrecieron a sus lectores latinos información sobre el particular con lo que introdujeron tanto los términos clīmacter como su adjetivo clīmactēric-u(m)/-a(m) en latín (2). Poca cosa más se puede decir sobre la historia de la palabra en la antigüedad.

La primera documentación de la reintroducción del término en una lengua moderna se debe a Antonio de Guevara en 1528 en su Libro aúreo de Marco Aurelio:

«Por çierto Gagüino Catón, del antiguo linaje de los Catones, fue en Roma flamen dialis çinco vezes, pretor tres, çensor dos, dictador uno, cónsul çinco vezes; como huviese sesenta y çinco años (passado el año climatérico) diose a servir a Rosana, hija de Gneo Curçio, dama por çierto moça y hermosa. Cresçióle tanto el amor y perdió tanto el sentido, que gastava quanto tenía en servirla y llorava como niño por verla.»

Es bien sabido que las referencias de Antonio de Guevara el mundo clásico contienen muchos errores, pero eso ahora no nos interesa.

Εn 1543 lo deja todavía más claro cuando dice en sus Epístolas familiares:

«... no lo supe por revelación como propheta, ni lo alcancé en cerco, como nigromántico, ni lo hallé en Tholomeo, como astrólogo, ni lo conoscí en el pulso, como médico, sino que lo supe como philósopho, porque el buen Condestable andaba en el año climatérico. A la hora que supe estar el Condestable enfermo, pregunté que qué años tenía, y como me dijesen que sesenta y tres, luego dixe que corría su vida muy gran peligro, porque estaba en el año para morir más peligroso.»

Por cierto, como el comentario va de homenajes, no está de mal rendir tributo a esa gran herramienta que es el CORDE para conocer el español desde sus orígenes hasta el s. XVI (3).

El OED no da estos detalles sobre el español, sólo dice que la palabra estaba en español en la primera mitad del s. XVI, cosa que, como estamos viendo es verdad. Sin embargo insiste más en la primera documentación en francés en 1554. Pero resulta que esa primera documentación francesa se debe a la traducción al francés del citado Libro aúreo de Marco Aurelio. En fin que fue el español la primera lengua en la que se documenta el término. Por su parte la palabra llegó al inglés en 1601 de la mano también de una traducción, pero en este caso de Plinio (datos del OED).

El primer uso médico del término lo documenta el OED en 1742. Afirma G. Cheyne, médico, proto-psicólogo, filósofo y matemático (según lo define la Wikipedia): «En mi ensayo Sobre el régimen he demostrado que en torno a ese año [los 50] ocurre la gran crisis o climaterio (climateric en inglés) de la vida en ambos sexos.» Es decir, a partir de ese momento no se usa el término referido a un año concreto sino a un período de la vida que se inicia más o menos a partir de cumplir 49 años.

Poco más tenemos que añadir. De acuerdo con los datos que hemos ofrecido, está claro que el sustantivo climaterio no es el origen del adjetivo climatérico, sino, al revés, en un fenómeno de derivación inversa. Pues bien, la información del Diccionario Robert que documenta en francés climatère en 1546 como sustantivo, es inválida porque hace referencia a un texto en el que en realidad está funcionando como adjetivo. Se trata de un pasaje de Rabelais, al que ya hemos citado en otros comentarios de la semana por ser un importante autor en la reintroducción de términos antiguos. Dice en su Gargantua et Pantagruel, vol. II: «seigneur jadis de Langey ... lequel mourut ... l'an de son âge le climatère». Lo mismo ocurre con los primeros usos de "climaterio" en español; se trata de nuevo de adjetivos. Así las cosas parece que tiene razón, ¿cómo no?, el OED cuando atribuye la primera documentación del sustantivo al alemán Climacterium en 1858.

Aunque, como hemos comprobado, en origen se usaba indistintamente para ambos sexos, a partir del último tercio el s. XIX se observa cierta especialización y la tendencia a emplearlo preferentemente para referirse a la mujer y la menopausia.

Francisco Cortés. Diciembre de 2010.


(1) 7 x 9 = 63. Téngase en cuenta que el 9 era otro número mágico. También era año climatérico con significado especial 9 x 9 = 81.

(2) En realidad, por tanto, el adjetivo está documentado antes en latín que en griego en un azar de la documentación que hemos comentado en otras ocasiones.

(3) Decimos hasta el s. XVI porque mientras que la documentación que atesora es exhaustiva desde los albores del castellano hasta el el s. XVI inclusive, no se puede decir lo mismo referido a los ss. XVII, XVIII, XIX o XX, siglos de los que el número de textos introducido en la base de datos hasta la fecha es muy insuficiente, por lo menos en lo que respecta a documentos de contenido científico.

Introducción al lenguaje científico:
Antigua
Esta palabra también aparece en la siguiente entrada:
andropausia
ISBN: 8478005722