Ir al contenidoIr al buscador
Logo de Ediciones Universidad de Salamanca Logo de la Universidad de Salamanca Logo del Centenario de la Universidad de Salamanca Logo de la Fundación General de la Universidad de Salamanca
Palabra
cáncer [cancer]
1. m. (Patol. general). Enfermedad neoplásica con transformación de las células, que proliferan de manera anormal e incontrolada. Véase neoplasia. Wikipedia.
2. m. (Patol. general). Tumor provocado por dicha enfermedad.

[cancer lat. 'cangrejo', 'cáncer']
Leng. base: lat. Antigua calco del gr. Docum. en 1493 en esp. karkínos καρκίνος 'cangrejo' y 'cáncer'. En uso ininterrumpido desde lat. clás. La metáfora por la que el término 'cangrejo' pasa a significar 'cáncer' se produjo en gr.; Galeno, S. II d.C., la explica por el parecido que tienen las venas que rodean un tumor canceroso con las patas de un cangrejo; docum. en esp. en 1493 en sentido patológico.

Comentario

La metáfora del cangrejo y su calco latino

Con este comentario no vamos a aportar muchas novedades, sencillamente hacemos una recapitulación de las distintas posturas expuestas a propósito de cuestiones relacionadas con el término cáncer.

Cancer en latín significa 'cangrejo'. El término griego equivalente (y procedente de la misma raíz indoeuropea) es karkínos καρκίνος, que, además de 'cangrejo', significaba 'úlcera maligna', 'cáncer', cosa que documenta Hipócrates. El latín calcó este nuevo significado del griego y por eso cancer incorporó también en latín el significado de 'úlcera maligna' y 'cáncer', un nuevo calco del latín, como otros muchos que hemos comentado en esta sección de palabras de la semana. Hasta aquí, no hay ninguna dificultad. El español desdobló cancer del latín en dos palabras, por un parte, cangrejo a partir de una forma derivada de cancer con sufijación de diminutivo y por otra como cultismo latino cáncer. La cuestión que se han planteado muchos médicos y lingüistas es qué relación establecieron los griegos entre el cáncer y los cangrejos.

Françoise Skoda autora de Médecine ancienne et métaphore, París 1988, p. 265, ha intentado responder a este problema, como podemos leer aquí. Son tres las posibilidades que documenta Skoda a partir de comentarios que hacen autores médicos griegos:

1) La dureza; el tumor canceroso es duro como el caparazón de un cangrejo. Esa es una de las explicaciones del propio Hipócrates, (ss. V-IV a.C.), y también de Areteo de Capadocia, médico del s. II d.C., y de Pablo de Egina (s. VII d.C.). Con todos los respetos a Hipócrates, no parece muy convincente; quizá, mejor expresado, ese único rasgo de dureza no basta para establecer la relación entre cangrejo y tumor.

2) Para los médicos antiguos era un mal incurable, tenaz que seguía a pesar de tratamientos quirúrgicos, cambiaba de localización y afectaba a otras partes distintas del organismo por las metástasis. El cangrejo cuando engancha algo con sus pinzas es también tenaz y no suelta su presa. Pablo de Egina transmite esta explicación sin creer en ella, puesto que es más partidario de la siguiente. A las referencias de Skoda, podemos añadir que Hipócrates habla de la voracidad de los tumores que comen y comen y no se detienen (De mulierum affectibus 133.20), como vamos a ver en una cita más abajo.

3) Algunos tumores cancerosos que afectan a mamas adoptan en algunos casos y en algunas fases una imagen que asemeja un cangrejo con múltiples patas y pinzas, como se ve en esta imagen.Lesión de un cáncer de mamaLesión de un cáncer de mama

Procedencia de la imagen:
http://en.wikipedia.org/wiki/Cancer
Es un ejemplo de una disposición de ese tipo en el caso de un cáncer de mama. Pablo de Egina dice «las venas alrededor [del tumor canceroso] se llenan y ponen tensas, en una disposición parecida a la de las patas de un cangrejo.» (4.25.5 y 6.45.1). Textos parecidos podemos encontrar también en Galeno. Claramente esta es la mejor de las tres explicaciones de los médicos antiguos. Skoda, con prudencia, dice que es posible que no sea ninguna de ellas explicación suficiente y que, en realidad, las tres se combinan.

Hemos pasado por alto una cuestión que ahora se hace necesario explicar con algo más de detalle. ¿Qué enfermedad era exactamente lo que designaban los médicos griegos como karkínos o, en una forma derivada, karkínōma καρκίνωμα? Probablemente designaban así algunas úlceras de difícil curación que hoy no se consideran formas de cáncer, pero está claro que también empleaban karkínos o karkínōma para tumores cancerosos, concretamente los de mama, que están perfectamente documentados desde Hipócrates. Afirma en su De mulierum affectibus 133.20:

« ... en las mamas se producen unas tumoraciones duras, de tamaño mayor o menor, que no supuran y que se van haciendo cada vez más duras; después crecen a partir de ellas unos cánceres (cangrejos), primero ocultos, los cuales por el hecho de que van a desarrollarse como cánceres (cangrejos), tienen una boca rabiosa y todo lo comen con rabia.»

Como leemos en uno de sus Aforismos (6.38) es mejor no tratar esas lesiones porque las pacientes duran más sin tratamiento que con tratamiento. Hipócrates piensa que es preferible no provocar a la enfermedad porque, de cualquier forma, se va extendiendo desde las mamas a la zona del hombro provocando dolores terribles (De mulierum affectibus 133.24). La misma opinión sobre el carácter incurable de la enfermedad lo encontramos en Aulo Cornelio Celso, escritor médico romano del s. I d.C. Sin embargo, Leonidas de Alejandría, médico de la misma época, famoso por sus conocimientos quirúrgicos, desarrolló una técnica para operar los tumores de mama, que conocemos en parte gracias a la información que nos transmite, varios siglos más tarde, Aecio de Amida; consiste en cortar por lo sano, quemar con cauterio, dejar sangrar, etc.; en fin una técnica muy agresiva que no sabemos si obtenía algún resultado. Caben pocas dudas, pues, sobre el conocimiento de los antiguos del cáncer de mama. La historia de esta enfermedad se ha estudiado con mucho detalle y también los textos de médicos griegos y latinos referidos a ella, por ello, quienes deseen saber más podrán encontrar mucha información a poco que busquen.

En Galeno, s. II d.C., podemos encontrar referencias a que estos tumores son mucho más frecuentes en mujeres que han sobrepasado la menopausia, así en su Ad Glauconem de medendi methodo (K. 11 139) declara: «Los tumores cancerosos se producen en todas partes, pero sobre todo en las mamas de las mujeres que no tienen menstruación ... Todos esos tumores se hacen fuertes a partir del exceso de bilis negra». Esa fue la explicación de la enfermedad dentro de la teoría humoral, de la que hablábamos a propósito de los comentarios de flema y humor.

Otro concepto asociado al cáncer en la antigüedad (y hoy día) es el de metástasis, pero eso lo dejamos para otro comentario.

A la vista de este comentario, Concepción Vázquez de Benito, pfra. de árabe de la Universidad de Salamanca, especialista en árabe científico medieval, nos llama la atención sobre el término español zaratán 'cáncer de mama', procedente de ár. saratān donde tiene el doble significado de 'cangrejo' y 'tumor canceroso'; como vemos, el árabe reprodujo por calco del griego, como el latín, la metáfora del cangrejo. En la tradición de la medicina griega, decían los médicos árabes que este mal comienza con una tumoración del tamaño de un garbanzo y luego va aumentando con el paso de los días hasta que se hace más grande y adquiere una intensa dureza; tiene una raíz grande y redonda en el cuerpo; su color es negruzco, encima de él hay unas venas verdes y negras, a cada lado, y cuando se toca, se nota en él un ligero ardor. Averroes señala que su origen es la bilis negra o melancolía y que se extiende a otras partes del cuerpo.

Francisco Cortés. Junio de 2010.

ISBN: 8478005722